Nuestro sistema económico se ha vuelto loco, si es que alguna vez estuvo cuerdo: a la vez que dilapida los recursos del planeta, condena a millones de personas a la pobreza, con tal de que unos pocos sigan manteniendo sus niveles de beneficios.
Es urgente una revolución ética que ponga en el centro de la economía el bien común, el bienestar medido en parámetros de ecología y solidaridad. Es necesario un nuevo modo de pensar que alumbre una economía alternativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tranquilo, en breve estudiamos tu caso...