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martes, 22 de marzo de 2011
Nadie tiene la patente del bien
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:
- Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.
Jesús respondió:
- No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a favor nuestro.
- Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.
Jesús respondió:
- No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a favor nuestro.
De las muchas acepciones de la palabra patente, la más habitual es aquella que se refiere al hecho de registrar algo como propiedad privada, con el fin de recibir en exclusiva los beneficios que ese algo pudiera reportar. Dicho con otras palabras, tener una patente es como decir: “esto es mío y sólo mío, y soy yo quien se va a beneficiar de ello” (sigue...)
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