sábado, 30 de abril de 2011

¿Sabes la ropa que compras?


¿Sabes la ropa que te pones? Por lo general, tenemos la suerte de disponer de un nutrido fondo de armario, lo cual nos permite hacer diversas combinaciones de ropa; en ocasiones, incluso, nos cuesta elegir lo que nos vamos a poner y perdemos tiempo en tomar tan importante decisión. Pero más tiempo, energía y dinero dedicamos al acto previo de comprar la ropa. Salvo excepciones, nos gusta ir de compras y elegir con cuidado aquella ropa que nos vamos a poner, que los demás van a ver y que va a ser el reflejo de nuestra imagen, de nuestra personalidad, nuestro escaparate. Seguramente tomaremos la decisión en función de nuestros gustos personales, de la moda del momento, de la calidad de la prenda, del precio, etc. Sin embargo, rara vez nos hacemos las siguientes preguntas: ¿de dónde procede esa prenda? ¿Quién la ha confeccionado? ¿En qué condiciones laborales? ¿Qué prácticas medioambientales tiene la empresa? etc.
Todas estas cuestiones son decisivas, en el sentido de que deberían contar a la hora de tomar una decisión. La ropa que nos ponemos no es indiferente. Como no lo es, por otra parte, ninguna de las cosas que consumimos. Ayudarnos a pensar sobre este tema es lo que pretende la Campaña de Ropa Limpia. Dedicar unos minutos a saber en qué consiste esta campaña puede ayudarnos a vestirnos mejor. No sé si más guapos o más a la moda, pero seguro que podremos vestirnos con más responsabilidad social y medioambiental (sigue...)
La explotación en la industria textil
         La mayor parte de los productos textiles que se consumen en Europa provienen de países pobres. Los centros de producción textil se sitúan en estos países porque los costes de fabricación son mucho menores; los salarios son más bajos y las normativas a cumplir, en el ámbito medioambiental y otros, son mucho más laxas. La búsqueda, por parte de las empresas textiles, de una mayor rentabilidad provoca que se intenten reducir los costes en todas las etapas de la producción y comercialización del producto. Sin embargo, la presión a la baja en los costes se ceba intensamente en el eslabón más débil de la cadena: los trabajadores de las plantas de producción situadas en los países empobrecidos. Los salarios se reducen a niveles de miseria, las condiciones de trabajo se deterioran y llegan a condiciones de esclavitud, se utiliza a niños en la producción... Los trabajadores, y sobre todo trabajadoras, que producen con sus manos las prendas, reciben una parte insignificante del precio final. Se calcula que el trabajador recibe aproximadamente un 0,4% del precio final; esto es, de un producto que cuesta 100 euros, el pago al productor directo sería de 40 céntimos.
¿Qué es la Campaña Ropa Limpia?
         Las grandes empresas textiles, que comercializan los productos en los países del Norte, no se responsabilizaban en principio de las pésimas condiciones en las que son fabricados sus productos. Sin embargo, la presión ciudadana sobre las marcas, las denuncias de situaciones de suprema injusticia, de las que estos negocios obtienen jugosos beneficios; ha dado lugar a que se dañe la imagen de algunas marcas. Uno de los hitos a nivel mundial en la lucha contra la explotación en la industria textil fue la creación a finales de los ochenta del Campaña Ropa Limpia. Esta campaña, que ha llegado ha institucionalizarse y adquirir un carácter permanente, esta formada por diversas organizaciones que presionara a las marcas y a los gobiernos para que se comprometan a respetar los derechos humanos en la industria textil, mediante la implantación de normativas, legislación, etc.
         En 1989, una manifestación frente a unos grandes almacenes en Holanda para denunciar las deplorables condiciones laborales existentes en Filipinas (donde se confeccionaba la ropa) creció hasta convertirse en una campaña llamada Campaña Ropa Limpia (CRL). La campaña, que se centraba en la mejora de las condiciones laborales en el sector textil y de material deportivo mundial, ahora está activa en otros 11 países europeos.
         Las CRLs europeas son coaliciones de ONGs y sindicatos. Trabajan de forma autónoma a nivel nacional y se unen para trabajar conjuntamente a nivel europeo. La red europea de la campaña se encuentra respaldada por una red mayor que funciona a nivel internacional y que incluye sindicatos, ONGs e individuos en los países donde se confeccionan las prendas (Asia, África, la Europa del este y América central). La CRL también colabora con campañas similares en los EEUU, Canadá y Australia.


¿Cuáles son los objetivos la campaña Ropa Limpia?
         La CRL trata de concienciar y movilizar a los compradores de ropa (consumidores). La Campaña Ropa Limpia es una campaña de los consumidores y aprovecha el poder de estos para provocar mejoras sociales. Recogemos información y se la presentamos a los consumidores de distintas formas (programas educativos, marchas, publicidad, debates, libros, manifestaciones, internet) para que conozcan la verdad a cerca de la producción de las prendas (salarios bajos, muchas horas de trabajo, represión de los derechos sindicales, discriminación sexual, etc.).
         Por otra parte, la campaña presiona a las compañías para que se responsabilicen y se aseguren de que sus productos se fabrican en condiciones laborales dignas. Para ello se han elaborado los “códigos de conducta”. Estos códigos de conducta son listas de estándares de trabajo. Hoy en día, muchas empresas han puesto por escrito sus propios códigos y aseguran que estos se cumplen en los lugares de trabajo en los que sus prendas son fabricadas. Aunque en muchas ocasiones no se cumplen, la Campaña Ropa Limpia utiliza estos "códigos de empresa" para intentar presionar a las propias empresas para que mejoren las condiciones de sus trabajadores. Por ejemplo, informamos a los consumidores de lo que una gran firma incluye en sus códigos de conducta (salario mínimo, seguridad en el lugar de trabajo) y de la situación real (salarios por debajo del sueldo mínimo, salidas de incendios bloqueadas). También informamos a los trabajadores que intentan adoptar en sus fábricas las promesas que las empresas de la firma hacen al público en los países en los que se venden las prendas. Es evidente que los mejores códigos son leyes laborales dictadas por los gobiernos y que sean de cumplimiento forzoso; pero dada la falta de voluntad política que existe en la mayoría de los países productores de la industria textil, por el momento debemos emplear otros medios para permitir a los trabajadores que se organicen y los movilicen los consumidores.
¡Conviértete en un consumidor crítico!
         La Campaña Ropa Limpia no puede proporcionar una lista de minoristas o fabricantes «limpios». La situación actual todavía no nos permite sentirnos lo suficiente cómodas para promocionar o recomendar ninguna empresa (a todas les queda todavía un camino largo por recorrer). Lo que sí te ofrece información sobre los adelantos sociales de las empresas, qué pasos adelante han hecho y qué mejoras los calan por lograr unas condiciones laborales más favorables en sus cadenas de distribución.
Algunas empresas han adelantado con respecto al establecimiento de políticas, por ejemplo con la puesta marcha de un código de conducta que haga referencia a los principios de la OIT. Obviamente, también hace falta que las compañías se aseguren de poner este código en práctica, y aquí es dónde empiezan las dificultades. La Campaña Ropa Limpia considera importante que los sindicatos, ONG y los trabajadores y trabajadoras, puedan dar su opinión al determinar como se implementan los códigos. En este sentido, creemos que la participación de las empresas en las denominadas Iniciativas Multistakeholder (MSI en sus siglas en inglés) es un paso adelante importante. Actualmente ya hay varias MSI en marcha y a las cuales las empresas pueden adherirse, como por ejemplo la Ethical Trade Initiative al Reino Unido, la Fair Wear Foundation en Holanda y la Fair Labor Association a los Estados Unidos. Formar parte de estas iniciativas no significa que todas las prendas de ropa que la empresa comercializa sean aceptables. Quiere decir que aquella emprendida se ha comprometido a cumplir un programa de trabajo determinado, y que los trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones tienen el derecho de presentar quejas a la Iniciativa si piensan que la empresa miembro ha infringido el código.
Y no dejes de preguntar. Haz todas las preguntas que haga falta a la tienda dónde te compras ropa. Algunas de las cosas que puedes preguntar son: ¿Dónde se fabricó esta prenda de ropa? ¿Sabéis cuanto se pagó a los trabajadores por producirla? ¿La marca tiene un código de conducta? ¿Están garantizados la libertado de afiliarse a un sindicato y el derecho de recibir un salario digno? ¿Las condiciones de trabajo se controlan de una manera fiable? ¿Hay informes de la fábrica dónde se produce disponibles para los consumidores y consumidoras?
Si la persona que os atiende responde a cualquier de estas preguntas, pedidle que os dé pruebas. La mayoría de las ocasiones, los dependientes y dependientas desconocerán las respuestas, pero si continuamos insistiendo y preguntando llegará un momento en qué sus supervisores acabarán pidiendo las respuestas a las marcas, hartos de recibir preguntas de su personal que no saben contestar.
            Si quieres más información contacta con www.ropalimpia.org


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