martes, 10 de mayo de 2011

Mis alumnos cambiarán el mundo


Últimamente hemos dedicado la clase de ética a dos temas de crucial importancia: la democracia y la economía de mercado. En otras palabras, hemos analizado los dos pilares básicos sobre los que se asienta nuestra sociedad. Democracia y capitalismo tienen sus luces y sombras, y no son la estación término de la historia. El mundo espera sea cambiado a mejor; por eso, pregunté a mis alumnos: y nosotros, ¿qué podemos hacer?
Trabajaron la pregunta por grupos, durante unos 10 minutos. Yo esperaba que me dijeran pocas cosas, a lo sumo media docena, y, además, que serían más bien vagas y generales. Sin embargo, me sorprendieron. Me sorprendieron gratamente: propusieron decenas de medidas, muchas de ellas concretas y viables. En este artículo me gustaría enumerarlas para, posteriormente, hacer una reflexión sobre ellas (sigue...)

Estas son las propuestas:
  1. Mejorar el ambiente en nuestro entorno más cercano y cotidiano, empezando por nuestra clase.
  2. Recaudar fondos para emplearlos en proyectos de solidaridad a través de alguna ONG.
  3. Reciclar los residuos que generamos.
  4. No comprar aquellas cosas que no necesitamos: consumir menos.
  5. Comprar productos que estén certificados como ecológicos.
  6. Contribuir en la Campaña Ropa Limpia comprando ropa elaborada en condiciones justas.
  7. Hacer manifestaciones para defender los derechos de los trabajadores.
  8. Hacer una propuesta de ley para exigir a los políticos que regulen el proceso de elaboración de los productos garantizando que son respetuosos con el medio ambiente y con unas condiciones laborales dignas.
  9. Comprar productos en las tiendas de Comercio Justo.
  10. Pedir mecanismos para que haya verdadera libertad de prensa sin censura.
  11. Concienciar a la gente de la situación en la que vive la mayoría de las personas en nuestro mundo.
  12. Implantar un sistema de impuestos en el que los ricos paguen más dinero.
  13. Exigir a los estados que controlen los precios del mercado.
  14. Participar en política militando en algún partido.
  15. Eliminar las barreras proteccionistas a los productos que llegan de los países pobres.
  16. Votar a partidos políticos que incluyan en sus programas intereses comunes de toda la humanidad.
  17. Equilibrar los sueldos, de manera que no haya tantas diferencias, y que los trabajos iguales tengan sueldos equiparados (independientemente de que seas mujer, inmigrante, joven, etc.).
  18. Crear juntos una asociación que organice actividades en favor de mejorar nuestro mundo.
  19. Potenciar el trueque, intercambiando las cosas que tenemos sin necesidad de mediar el dinero ni tener que producir más y comprar más.
  20. Participar como voluntario en alguna ONG.
  21. Apoyar las campañas en favor de los más necesitados.
  22. Exigir que las instituciones internacionales extiendan la educación y la sanidad universales y gratuitas.
  23. Denunciar el saqueo de los recursos naturales que las empresas multinacionales llevan a cabo en muchos países.
  24. Hacer entrevistas a la gente y preguntarles qué propuestas harían ellos, y conocer así lo que piensan y quieren.

          Hubo otra decena más, pero, o bien son variantes de la anteriores, o bien aluden a actitudes (sonreír, ser positivo y no juzgar, etc.
          El caso es que al contemplar semejante listado sobre la pizarra, comprendí que me encontraba ante un magnífico programa político. Y mi primera reflexión fue: ya quisiera yo que los programas de los partidos que se presentan a las elecciones estuvieran confeccionados con semejantes propuestas. Luego me di cuenta de que en los programas de los partidos se incluyen cosas parecidas, porque quedan bien y ganan el afecto (los votos) de la gente, pero luego se echan en saco roto y no se cumplen. Entonces, ¿dónde estaba la diferencia?: en que estos alumnos estaban proponiendo esas medidas con verdadera intención de llevarlas a cabo si tuvieran ocasión para ello. Quizás yo sea un iluso, un ingenuo, pero me dio la impresión de que los chavales creían de verdad lo que estaban proponiendo y que les gustaría hacer algo con tal de hacerlo realidad.
          Pero no sólo tenían ante mí a unos chavales con ganas de hacer cosas, sino que tenían muy claro lo que había que hacer. Comprobé, no sin asombro, que estos chavales conocían perfectamente las acciones concretas que había que realizar para que nuestro mundo cambie y sea mejor. ¿De dónde han sacado todo esto? Desde luego, creo que de los políticos, no. Cuando uno les oye hablar, ya sean de un partido u otro, dicen generalidades, tópicos que se suceden entre descalificaciones y trapos sucios. Si los alumnos son capaces de proponer medidas concretas y atinadas es porque la educación en el colegio funciona. Sí, el colegio. ¿Y las familias? Me temo, y perdónenme éstas, que las familias, salvo excepciones, son rehenes de la adscripción a un partido, sin mucha más reflexión sobre el asunto. En la mayoría de las familias, según mi experiencia, se repiten consignas. Por eso, hoy alabo y reivindico el papel de la escuela en la formación crítica y comprometida de los jóvenes.
          Ellos son el futuro. Yo se lo digo así en clase: “el mundo de mañana será como vosotros queráis que sea; coged estas medidas que acabáis de escribir y colgadlas en vuestra habitación; ojalá dentro de treinta años las releáis y podáis decir que se han hecho realidad”. Sé que estos jóvenes, para poder hacer algo, estarán muy condicionados por el legado que les dejemos, y que el margen de maniobra puede ser más o menos limitado, pero así es la historia. Así que a esta generación de chavales les va a tocar cambiar el mundo, porque el que hemos construido los adultos actuales dista mucho de ser justo, sostenible y humano.
Ellos son nuestra esperanza. Muchos creen que, en general, los jóvenes viven en su mundo (la música, los videojuegos, la ropa, los amigos, el botellón) y que no se enteran de nada. Otros opinan que, simplemente, pasan de todo y que no quieren comprometerse. Y otros, en mi opinión buena parte de la clase política, pretenden ambas cosas: que ni se enteren ni se comprometan. Sin embargo, hay jóvenes que se dan perfectamente cuenta de lo que pasa, no se les engaña fácilmente. Y hay jóvenes que tienen ganas de moverse, de protestar, de buscar maneras de cambiar la sociedad. Y quieren hacerlo de manera alternativa, fuera de las siglas de los partidos tradicionales, de su corporativismo, su endogamia, sus intereses y su disciplina ideológica. Es la sociedad civil en movimiento.
          Hace apenas una semana se celebró en Madrid el I Foro Social Mundial, que reunió a cientos de grupos y organizaciones de todo tipo. La inmensa mayoría son jóvenes. Los grandes temas del Foro, por citar algunos, fueron: alternativas al sistema económico capitalista y propuestas de economía solidaria; defensa de los recursos naturales, la biodiversidad y la alimentación; reactivación de la lucha sindical; medios de comunicación alternativos y libres; defensa de los servicios públicos y los derechos de la ciudadanía; movimientos sociales y nuevas formas de acción política; etc. Este Foro ha supuesto una inyección de esperanza, un acto de confianza en el futuro, en medio de una sociedad autosuficiente y satisfecha que cree haber alcanzado el perfecto bienestar (a costa del planeta y de 4000 millones de seres humanos, claro está). Y, repito, la mayoría son jóvenes. Las respuestas de mis alumnos, todavía menores de edad y matriculados en un colegio de clase media, resultaban asombrosa y esperanzadamente armonizables con las lineas diseñadas en el Foro Social. Quiero creer que algo se está moviendo, algo está pasando, viene desde abajo, y tiene poder para transformar nuestro mundo. Mis alumnos son la prueba de ello.

José Luis Quirós

1 comentario:

  1. Gracias amigo por ese comentario lleno de gratitud que me has dejado en Edublogs, me ha llegado al alma. Pero tengo que decirte algo, sé que te he ayudado a descubrir una buena herramienta, pero estoy segura de que la ilusión por la educación no la has perdido nunca, porque la derramas a tu alrededor. Me encanta tu blog, me encantan tus ideas, me gusta mucho como trabajas con tus alumnos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar

Tranquilo, en breve estudiamos tu caso...